La Esclavitud Justificada

Querido lector,

Es mi gran placer presentarle “La Esclavitud Justificada,” una traducción de un panfleto de George Fitzhugh, el gran defensor del sur americano y de sus instituciones en el siglo XIX. Es famoso por sus libros, especialmente Cannibals All! Pero antes de publicarlos, escribió este panfleto, el cual le presento ahora para su consideración.

Muchas gracias a mi colaborador, Samuel Gonzalez, que ha editado este artículo y corregido errores tipográficos y gramaticales.

 

La Esclavitud Justificada

Por George Fitzhugh

Traducido Por La Mano Roja y Vengadora

La libertad y la igualdad son nuevas cosas bajo el sol. Los estados libres de la antigüedad abundaban con esclavos. El sistema feudal que suplantó las instituciones romanas cambió la forma de la esclavitud, pero no llevó con si mismo ni la libertad ni la igualdad. Francia y los estados norteños de nuestra Unión solos han completamente y justamente intentado el experimento de una organización social fundada sobre la libertad universal y la igualdad de los derechos. Inglaterra ha solamente aproximado esta condición en sus ciudades comerciales e industriales. Los ejemplos de comunidades pequeñas en Europa no son ejemplos apropiados del funcionamiento del sistema. En Francia y en nuestros Estados Norteños el experimento ya ha fracasado, si formamos  nuestras opiniones por el descontento de las masas, o creemos la evidencia de los socialistas, comunistas, anti-alquileristas, y mil otras sectas agrarias que han aparecido en estos países, y amenazan con subvertir el tejido social entero. Los líderes de estas sectas, en Francia al menos, contienen entre si el número mayor de las mentes más cultivadas y profundas de la nación, las que han hecho el gobierno su estudio. Añadiendo a la evidencia de estos filósofos sociales, quienes, mirando atentamente el funcionamiento del sistema, han proclamado al mundo su fracaso total, la condición de las clases trabajadoras, y tenemos prueba conclusiva que la libertad y la igualdad no han conducido a mejorar la comodidad ni la alegría de la gente. La delincuencia y el pauperismo han crecido. Los disturbios, los sindicatos, las huelgas para salarios más altos, el descontento volviéndose en revolución, son cosas que ocurren cotidianamente, y muestran que los pobres ven y sienten tan claramente como los filósofos que su condición es mucho peor bajo la nueva que baja la vieja orden de las cosas. El radicalismo y el cartismo en Inglaterra deben su nacimiento a las instituciones libres e iguales de sus distritos comerciales e industriales y son poco conocidos en los distritos tranquilos agrarios, donde los vestigios del feudalismo aún existen en la relación del casero y el inquilino, y en las leyes del vínculo y la primogenitura.

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